Polémicas aparte, el consenso general establece el inicio del rock argentino a partir de aparición del tema “La balsa”, de Lito Nebbia y Tanguito, en el año 1967. A esto se suman muchos nombres: Spinetta, Pappo, Charly García, Alejandro Medina, Billy Bond, Willy Quiroga, Claudio Gabis, Nito Mestre, Oscar Moro, Javier Martínez, Ricardo Soulé, y la lista continúa. Sin embargo, hay otros próceres (reivindicados en pequeños círculos de fanáticos) que, a pesar del desconocimiento masivo, resisten el paso de las épocas. Willy Gardi, Juan “Locomotora” Espósito, Luis Valenti, Eduardo Frezza y Osvaldo Zabala son algunos de esos músicos, y juntos dieron forma a LA banda de culto de rock argentino: El Reloj. Esta agrupación es el objeto del documental Alguien más en quien confiar, de los realizadores Matías Lojo y Gabriel Patrono, que comenzó a grabarse en 2015 y se estrenó en 2018. El registro fílmico se emitió los jueves 3, 10, 17 y 24 de mayo de 2018 en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543, CABA), con una importante convocatoria, y está siendo exhibido en distintos espacios alternativos. El recorrido y las próximas fechas pueden seguirse en su fanpage.
Este docurrock es una producción de La Nave de los Sueños y Fomento Producciones, con la colaboración de Escribiendo Cine y La Pesada del DOC. Lojo y Patrono cuentan con un destacable recorrido dentro de la cinematografía argentina. El primero dirigió con Pablo Marín la comedia Dos locos sueltos en Mar del Plata (2009), estrenada en el X Buenos Aires Rojo Sangre, clásico porteño del cine fantástico y bizarro, además de haber sido uno de los zombis en Plaga zombi: revolución tóxica (2011), y participar como montajista en Polvareda (2013). Patrono es uno de los fundadores de La Nave de los Sueños (espacio que apoya el cine independiente y de autor) y dirigió junto a Paulo Soria el imprescindible documental Blues de los plomos, premiada como Mejor Película en el 28° Festival Internacional de Cine Mar del Plata en la categoría BSO (Rockumentales).
Alguien más en quien confiar (que lleva el nombre de uno de los hits de la banda) retrata la historia de la banda desde sus inicios, más concretamente el año 1971, cuando Eduardo Frezza (voz y bajo) y Willy Gardi (guitarra), quienes ya venían tocando juntos, tienen la suerte de no ser seleccionados para el realizar servicio militar y deciden formar un nuevo proyecto rockero. Después de varios cambios de integrantes, El Reloj encuentra su agrupación definitiva con la incorporación de “Locomotora” Espósito en batería, Osvaldo Zabala en guitarra y Luis Valenti en teclados, más Frezza y Gardi. Esta formación (luego reconocida como la clásica) gana reputación gracias su poderosa impronta sonora en vivo, y registra varios simples y dos LP’s: El Reloj (1975) y El Reloj II (1976), para el cual se incorpora Carlos Mira en una tercera guitarra. Luego se suceden varios discos, formaciones, reuniones y separaciones. Willy Gardi fallece en un accidente automovilístico en 1995, le sigue Luis Valenti en 2004 y Espósito en 2016. Actualmente, Zabala y Frezza más el aporte de Richard Arena (teclados) y Junnior Sic (batería) siguen brindando recitales con temas de El Reloj.
Los directores Lojo y Patrono aciertan en intercalar fotos y artículos de revistas (entre las que figura la clásica Pelo) junto con testimonios de fanáticos, plomos y exmiembros. Entre quienes dan la palabra se encuentran Ricardo Iorio, que apenas siendo un adolescente asistía a los ensayos en Ramos Mejía; Piero Carpín, del sello Fonocal, que actualmente reeditó parte del material de El Reloj; Gustavo Cipriano y Jorge “Vikingo” Martínez, quienes prestaron su voz durante fines de los 90 y principios del siglo XX; Beto Ceriotti y Claudio “Tano” Marciello, bajista y guitarrista respectivamente de una formación de fines de los 80 y que, luego, formarían parte de Almafuerte; Daniel Telis, guitarrista durante los 80, también exmiembro de Kamikaze y actual solista; Horacio “Tucata” Suárez, guitarrista durante los 70 y actual luthier.
Si bien la mayor parte de la película se centra en la etapa clásica de los años 70, no se descuidan las demás encarnaciones, creando un registro detallado y completo. Mención aparte merecen las entrevistas de archivo de Willy Gardi y Luis Valenti, y la aparición de Espósito, quien falleció al poco tiempo de dar testimonio. A partir de estas declaraciones, el espectador puede darse una idea no sólo de cómo sonaba El Reloj más clásico, sino de quienes fueron sus ideólogos, y de la concepción musical que poseían.
El documental está lejos de anclarse en la nostalgia más pura, y nos presenta a la agrupación actual como una banda sólida que no tiene ningún problema en hacerle frente a los tiempos que corren. De esta forma, la película no sólo le hace una necesaria justicia a El Reloj, sino que representa una oportunidad ideal para descubrir o redescubrir la banda argentina más pesada de los 70, y una de las más cautivantes para ver hoy en día.
Porque mientras haya fanáticos como los realizadores Lojo y Patrono, mientras existan los reivindicadores que alzan la voz para levantar de bandera de la música que no debe olvidarse, y mientras los acordes del “Blues del atardecer” sigan emocionando al más duro de los rockeros, El Reloj tendrá cuerda para rato. Salud por eso.
Alguien en quien confiar en el Centro Cultural de La Cooperación. |
Killing Castro, primer mánager de El Reloj y actual representante de Divididos, junto a los realizadores: Matías Lojo y Gabriel Patrono. |
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