
“Ayer a las 9 le allanaron la casa, le llevaron todas las plantas y la detuvieron. Desde entonces está esperando que le tomen declaración. Primero estuvo detenida en un comisaría de Monte Grande, luego en otra de la Mujer de Tristán Suárez, y ahora la tienen esposada bajo el sol en la Fiscalía Descentralizada de Ezeiza”, contó hoy a Télam su hija, Micaela Mignona.
La joven cuestionó que “sólo la foto de las plantas” sirviera para librar la orden de allanamiento de la casa de su madre “sin tener pruebas de una comercialización y sin tener en cuenta que ella hizo público que lo usaba para tratar una enfermedad”.
La joven explicó que su madre comenzó a cultivar plantas de marihuana en el patio de su casa para elaborar el aceite de cannabis con el que se trata “hace tres o cuatro años” la artritis y artrosis “muy fuerte”, que afecta su rodilla izquierda.
“Ella no podía caminar, literalmente; para que lo hiciera le tenían que dar una inyección todos los días en la rodilla, y con el aceite ella ahora puede caminar y hacer su vida normal de antes”, relató.
Con el tiempo, su madre se convirtió en una activista del uso medicinal del cannabis, pero nunca antes había sido imputada y menos aún detenida por cultivar estas plantas en su casa.
“Mi mamá participó de marchas y hasta estuvo en el Congreso dando una clase abierta de cómo preparar aceite de cannabis”, dijo.
Además, la mujer comenzó a elaborar aceite medicinal para entregar “gratuitamente” a los padres de niños que padecen “epilepsia refractaria o microcefalia”.
Al allanamiento y detención de ayer se llegó a partir de las “insistentes” denuncias de un vecino, al que Micaela definió como “totalmente violento”.
Según la revista THC, que dijo haber estado presente en el lugar, el vecino en cuestión apareció “mientras se llevaba a cabo el allanamiento, sacó un arma de fuego y disparó un tiro al piso frente decenas de personas".
“La policía, que presenció el hecho, decidió no detener al denunciante y agresor argumentando que 'no escucharon el disparo'", denunció la revista dirigida por el activista Sebastián Basalo, cuya cronista enfrenta ahora una denuncia por “coacción” interpuesta por el mismo vecino.
La misma publicación consignó, además, que “varios padres de niños con diversas patologías se presentaron en el lugar para exigir que no se la lleven detenida porque, sin su ayuda, sus hijos se quedan sin su medicina”.
El pasado 23 de noviembre, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley que autoriza al Estado a importar y distribuir el aceite de cannabis para tratar determinadas enfermedades, pero sin permitir el autocultivo como solicitaban organizaciones de familiares de personas que padecen epilepsia refractaria.
“Pero, si se aprueba, esa ley no es para todos los usuarios de cannabis medicinal, porque la ley dice que te la tiene que proveer el Estado, que está totalmente ausente”, observó Mignona.
A su turno, Basalo dijo a Télam que la ley que debe ser tratada ahora por el Senado es “mala” pero “no deja de ser una base cultural” para la despenalización del cultivo y consumo de marihuana “porque implica que, para el Estado, el cannabis no sólo no es una droga que mata, sino que es una droga que cura”. (Agencia Télam, 21/02/17)
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