Por Juan Carlos Ramirez Leiva (*) | Esto No Está Chequeado | Ilustración: Digital Snatch | #FiccionesEzeicenses
De acuerdo con lo establecido por los egipcios (y copiado por Julio César), los romanos adoptaron la idea del año bisiesto creando el calendario juliano. Su propósito fue hacer más precisa la medida del tiempo. Tras el año 46 a.C. (que tuvo 445 días), llegaron los años de 365 jornadas (con un bisiesto cada cuatro períodos).
La palabra “bisiesto” viene de la frase bis sextus dies ante calendas martii. Quiere decir: “Repítase el sexto día antes del primer día de marzo”. El año se llama así porque añade el bix sextus dies (repetición del sexto día). En su origen, el agregado fue el 24 de febrero. Como la fórmula no era perfecta, tenían que quitar un día cada 128 años.
El papa Gregorio XIII afinó el calendario juliano imponiendo el gregoriano. Los bisiestos se mantuvieron cada cuatro años, con dos excepciones: los años que fueran múltiplos de 100 no serían bisiestos. Dentro de este grupo, los que fueran divisibles por 400 (1600, 2000 o 2400) lo seguirían siendo.
El 2024 es bisiesto. Con ello se ha desatado el temor de que ocurran hechos desgraciados, violentos. Hasta quienes adolecen de cultura general (lo que va en vías de solución gracias a TikTok) saben de hechos funestos ocurridos durante estos años irregulares.
En 1772, Francia inauguró el uso de la guillotina llenando de tragedia la historia. En 1812, Napoleón Bonaparte condujo a la muerte a 600 mil hombres que lucharon en su ejército ante Rusia. El centro de exterminio nazi Auschwitz fue construido en 1940.
Las señales están claras también para nuestro país. Contamos con dos bisiestos significativos. En 1976 se inició la dictadura cívico-militar eclesiástica, con su locura genocida. En el 2020 cursamos la pandemia del coronavirus. Por ello deben tomarse medidas preventivas, como, por ejemplo...
***
Nota del Editor (I): El hombre que acompañaba esta nota fue encontrado al borde del colapso, casi sin sangre, cerca del Monte de la Viuda. Habría sido atacado por una nube de mosquitos cuando regresaba a su casa, malhumorado por no haber podido tomar el colectivo a raíz del saldo insuficiente de la SUBE. Murmuraba cosas ininteligibles como “regreso de los brujos”, “pactos preexistentes”, “ya lo viví” y “crecimiento invisible”, y una larga lista de insultos. Está internado en el Hospital.
Nota del Editor (II): No todas son pálidas respecto a los bisiestos: en 1816 declaramos nuestra Independencia. En 1912 aprobamos la Ley Sáenz Peña, que estableció el voto universal, secreto y obligatorio para todos nuestros ciudadanos.
Nota del Editor (III): Míster Afro dice que prefiere el año bisiesta. O sea, con dos siestas.
El papa Gregorio XIII afinó el calendario juliano imponiendo el gregoriano. Los bisiestos se mantuvieron cada cuatro años, con dos excepciones: los años que fueran múltiplos de 100 no serían bisiestos. Dentro de este grupo, los que fueran divisibles por 400 (1600, 2000 o 2400) lo seguirían siendo.
El 2024 es bisiesto. Con ello se ha desatado el temor de que ocurran hechos desgraciados, violentos. Hasta quienes adolecen de cultura general (lo que va en vías de solución gracias a TikTok) saben de hechos funestos ocurridos durante estos años irregulares.
En 1772, Francia inauguró el uso de la guillotina llenando de tragedia la historia. En 1812, Napoleón Bonaparte condujo a la muerte a 600 mil hombres que lucharon en su ejército ante Rusia. El centro de exterminio nazi Auschwitz fue construido en 1940.
Las señales están claras también para nuestro país. Contamos con dos bisiestos significativos. En 1976 se inició la dictadura cívico-militar eclesiástica, con su locura genocida. En el 2020 cursamos la pandemia del coronavirus. Por ello deben tomarse medidas preventivas, como, por ejemplo...
***
Nota del Editor (I): El hombre que acompañaba esta nota fue encontrado al borde del colapso, casi sin sangre, cerca del Monte de la Viuda. Habría sido atacado por una nube de mosquitos cuando regresaba a su casa, malhumorado por no haber podido tomar el colectivo a raíz del saldo insuficiente de la SUBE. Murmuraba cosas ininteligibles como “regreso de los brujos”, “pactos preexistentes”, “ya lo viví” y “crecimiento invisible”, y una larga lista de insultos. Está internado en el Hospital.
Nota del Editor (II): No todas son pálidas respecto a los bisiestos: en 1816 declaramos nuestra Independencia. En 1912 aprobamos la Ley Sáenz Peña, que estableció el voto universal, secreto y obligatorio para todos nuestros ciudadanos.
Nota del Editor (III): Míster Afro dice que prefiere el año bisiesta. O sea, con dos siestas.
(*)Integra la Junta de Estudios Históricos de Ezeiza y edita el sitio Pensando Desde Ezeiza.
Esto No Está Chequeado | Sección no basada en hechos reales | Cualquier semejanza con la realidad es mala puntería | Contacto: ezeizaediciones@yahoo.com.ar
Blogger Comment