Por Perraescorpiana(*) | Esto No Está Chequeado | Ilustración: Digital Snatch | #FiccionesEzeicenses
Miró su rostro en el reflejo y lo único que reconoció fueron sus ojos verdes. Apagados. Aburridos. Pero inquisitivos.
¿Cómo había llegado hasta acá? ¿Cuándo comenzó a desenamorarse de Valentina? ¿Y por qué pasó?
Su alma de neurocirujano, hombre de ciencia, siempre movido por el raciocinio, no encontraba ninguna explicación.
¿Cuánto tiempo hacía que había aceptado la invitación a tomar un cafecito en el bar Anónimo, ahí en pleno centro, en French y Echeverría?
¿Y la primera vez que sus manos se tocaron, según él sin querer, al tomar el mismo sobrecito de azúcar?
La primera mirada entre ambos resultó diferente, no sabía por qué pero había marcado un vaticinio. Aun cuando creyó ver lujuria asomándose, hizo caso omiso, porque se asustó.
¿En qué momento comenzó a sentir que los cafés eran a escondidas de Valentina? Su tierna Valen, su olvidada novia.
Aunque Valen le reclamaba atención, a él ya no le importaba. Tampoco las amenazas de terminar. Muy por el contrario, sería un alivio que ella lo dejara.
De los cafecitos pasaron a las cenas y una noche terminaron en su departamento. Esa primera vez, juntos. Esa primera vez para él. Esa primera vez con Martín, el papá de Valentina. Con brutalidad comprendió cuán extraña y bella puede resultar una historia de amor.
Su alma de neurocirujano, hombre de ciencia, siempre movido por el raciocinio, no encontraba ninguna explicación.
¿Cuánto tiempo hacía que había aceptado la invitación a tomar un cafecito en el bar Anónimo, ahí en pleno centro, en French y Echeverría?
¿Y la primera vez que sus manos se tocaron, según él sin querer, al tomar el mismo sobrecito de azúcar?
La primera mirada entre ambos resultó diferente, no sabía por qué pero había marcado un vaticinio. Aun cuando creyó ver lujuria asomándose, hizo caso omiso, porque se asustó.
¿En qué momento comenzó a sentir que los cafés eran a escondidas de Valentina? Su tierna Valen, su olvidada novia.
Aunque Valen le reclamaba atención, a él ya no le importaba. Tampoco las amenazas de terminar. Muy por el contrario, sería un alivio que ella lo dejara.
De los cafecitos pasaron a las cenas y una noche terminaron en su departamento. Esa primera vez, juntos. Esa primera vez para él. Esa primera vez con Martín, el papá de Valentina. Con brutalidad comprendió cuán extraña y bella puede resultar una historia de amor.
(*) La primera oración y la última están tomadas del cuento “Ojos verdes”, del libro Desatormentándonos de José María Marcos (Muerde Muertos, 2020).
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