Por Aglaia(*) | Esto No Está Chequeado | Ilustración: Digital Snatch | #FiccionesEzeicenses
Soy bastante curiosa y una vez quise constatar una historia en específico. Hace un tiempo, mis papás me dijeron:
―Vamos de vacaciones a Las Grutas.
―¡Sí! ―dije, obvio, súper emocionada.
Me llevarían a un lugar que no conocía. Normalmente vamos a Santa Teresita, Villa Ángela (Chaco), o nos quedamos en Tristán Suárez, una partecita de Ezeiza.
¡Íbamos a otro lugar!
Saber que viajaríamos a otra provincia, la cual yo quería visitar, me hacía sentir un poco inquieta, porque tenía muchas ganas de llegar allí. Aparte, para mí es muy importante conocer otros lugares, otros atardeceres, otros aires. Me parece algo totalmente magnífico.
Se preguntarán qué son Las Grutas. Son rocas erosionadas por el mar en una playa ubicada en Río Negro. Sus aguas son cristalinas y contienen una alta salinidad. Si entrás a bañarte, el traje de baño te queda todo blanco, lleno de sal. En la costa hay piletones o piletas de rocas creadas naturalmente por la erosión, además de cuevas. La arena está llena de pequeñas y grandes rocas, algunas un poco enterradas, muchas recubiertas con verdín y algas, así que si alguna vez van ¡tengan mucho cuidado porque se pueden resbalar y caer! También hay que tener cuidado cuando la marea sube, momento donde la gente se amontona en la parte baja del agua.
Me habían contado una historia de Las Grutas. Tenía mucha intriga de saber si era verdad. Hay un espíritu que merodea dentro de algunas cuevas. Es una mujer de largos cabellos negros, con piel blanquecina, rasgos europeos, muy delgada y menuda, que cayó al mar una noche de marea alta... Aún no encuentran su cuerpo, pero hay varios rumores, todos muy morbosos, elocuentes o absurdos, que no voy a repetir. Dicen que el espíritu quiere entrar en la persona que lo encuentre, dejando a esa alma sin su cuerpo.
Una tarde la curiosidad me arrastró, y quise indagar si realmente había un espíritu ahí. Me arriesgué y encontré la aparición. Aquel cuento era cierto.
Hay un refrán que dice: la curiosidad mató al gato... Por eso les está escribiendo un ser no visible, no tangente, no vivo, sin cuerpo que ocupar.
―Vamos de vacaciones a Las Grutas.
―¡Sí! ―dije, obvio, súper emocionada.
Me llevarían a un lugar que no conocía. Normalmente vamos a Santa Teresita, Villa Ángela (Chaco), o nos quedamos en Tristán Suárez, una partecita de Ezeiza.
¡Íbamos a otro lugar!
Saber que viajaríamos a otra provincia, la cual yo quería visitar, me hacía sentir un poco inquieta, porque tenía muchas ganas de llegar allí. Aparte, para mí es muy importante conocer otros lugares, otros atardeceres, otros aires. Me parece algo totalmente magnífico.
Se preguntarán qué son Las Grutas. Son rocas erosionadas por el mar en una playa ubicada en Río Negro. Sus aguas son cristalinas y contienen una alta salinidad. Si entrás a bañarte, el traje de baño te queda todo blanco, lleno de sal. En la costa hay piletones o piletas de rocas creadas naturalmente por la erosión, además de cuevas. La arena está llena de pequeñas y grandes rocas, algunas un poco enterradas, muchas recubiertas con verdín y algas, así que si alguna vez van ¡tengan mucho cuidado porque se pueden resbalar y caer! También hay que tener cuidado cuando la marea sube, momento donde la gente se amontona en la parte baja del agua.
Me habían contado una historia de Las Grutas. Tenía mucha intriga de saber si era verdad. Hay un espíritu que merodea dentro de algunas cuevas. Es una mujer de largos cabellos negros, con piel blanquecina, rasgos europeos, muy delgada y menuda, que cayó al mar una noche de marea alta... Aún no encuentran su cuerpo, pero hay varios rumores, todos muy morbosos, elocuentes o absurdos, que no voy a repetir. Dicen que el espíritu quiere entrar en la persona que lo encuentre, dejando a esa alma sin su cuerpo.
Una tarde la curiosidad me arrastró, y quise indagar si realmente había un espíritu ahí. Me arriesgué y encontré la aparición. Aquel cuento era cierto.
Hay un refrán que dice: la curiosidad mató al gato... Por eso les está escribiendo un ser no visible, no tangente, no vivo, sin cuerpo que ocupar.
(*)Integra el Taller de Escritura y Literatura de la Municipalidad de Ezeiza.
Esto No Está Chequeado | Sección no basada en hechos reales | Cualquier semejanza con la realidad es mala puntería | Contacto: ezeizaediciones@yahoo.com.ar
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