El espacio impulsado por Pablo Ruocco y Sabrina Barbatano cerró el año con un evento de lecturas y charla. “Estamos felices de que un montón de gente se reunió para charlar, leer y brindar por los libros, la literatura y la vida”. Abrieron su sede en JM Ezeiza N° 109 1° F, esquina ruta 205.
El Club de Lectura y Despensa de Libros Patio al Sur, creado por Pablo Ruocco y Sabrina Barbatano, cerró el 2021 con una actividad presencial. “Todavía nos dura alegría de lo que vivimos: un encuentro conmovedor entre personas amantes de los libros. En medio de mates y budines, empezamos a saludarnos (con muchos y muchas por primera vez), a medida que nos reconocíamos”, señalaron Pablo y Sabrina al iniciar un balance del encuentro que tuvo lugar el sábado 11 de diciembre en la sede de La Palabra de Ezeiza, ubicada en Tucumán 142, donde Patio Sur reunió a casi cincuenta personas. Se concretó una charla vía Zoom con el escritor Juan Mattio sobre las características del new-weird y la antología Paisajes experimentales (Indómita Luz, 2021). También hubo lecturas a cargo de Liliana Mouzo, Hebert Wentinck, Fernando Garriga, Julieta Martínez y su hija, Claudia Cortalezzi, Ezequiel Maidana y Marco Millán, entre otros, y se llevó a cabo la presentación de la antología Nada es lo que parece, editada por Mandala Fruta. Se contó con la presencia de stands de Mandala Fruta, Luvina, Muerde Muertos, La Carretilla Roja y Patio al Sur. “Estamos felices de que un montón de gente se reunió para charlar, leer y brindar por los libros, la literatura y la vida. A todos/as les estamos muy agradecidos por hacer posible esta experiencia”, señalaron Pablo y Sabrina, a quienes se los puede seguir como @patioalsur.libros en Facebook e Instagram, donde irán anunciando las actividades previstas para el verano y para el 2022.
Patio al Sur y un nacimiento patrio
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| Pablo y Sabrina junto a Benicio y Emilia. |
Pablo Ruocco contó a LA PALABRA que Patio al Sur nació durante el feriado 25 de mayo de 2021 en una charla con su esposa Sabrina Barbatano. “Ese día estábamos tomando mate con Sabri, junto a nuestro hijo Benicio, que tenía pocos días, y a nuestra hija Emilia, que jugaba alrededor, y charlábamos sobre los clubes de lectura y de la posibilidad de inscribirnos a alguno de ellos. Habíamos tenido una buena experiencia con uno de literatura infantil, que le elegimos a Emilia, y buscábamos un club para nosotros. Como la mayoría funciona en Capital Federal, empezamos a jugar con la posibilidad de crear un espacio similar para la zona. Así, entreteniéndonos con nombres, imágenes y en qué forma podríamos fundarlo, ese mismo día generamos el primer boceto de lo que hoy es Patio al Sur”.
—¿Qué metas se propusieron?
—Patio al Sur nació con la lógica de armar un club de lectura de literatura contemporánea para la zona sur, donde cada mes los suscriptores reciban un libro distinto, en una caja con una guía de lectura y algún otro material complementario, un regalo literario, algo rico para comer y la posibilidad de tener un encuentro virtual con el autores/a del mes. Nos impulsó la idea de la lectura como un hecho social, colectivo, y por eso, invitamos a lectores/as a reunirnos en un mismo patio a compartir las vivencias, para enriquecernos con las diversas miradas y experiencias. En la dinámica de los hechos, el proyecto fue creciendo y, un poco por necesidad y otro por deseo, también se convirtió en una despensa de libros. Ese nombre tiene resonancias a los almacenes de barrio, donde se establecen relaciones personales por la cercanía. De este modo, además de ofrecer el libro específico de cada mes, tratamos de acercar a nuestros suscriptores otros títulos de las editoriales con las que vamos trabajando.
—¿Qué libros ya leyeron? ¿Cuáles son las novedades de cara al verano del 2022?
—Patio al Sur se puso en marcha en junio y hemos leído Desatormentándonos de José María Marcos (editorial Muerde Muertos), Los escarabajos de Macarena Moraña (Alto Pogo) Cometierra de Dolores Reyes (Sigilo), Algunas familias normales de Mariana Sández (Compañía Naviera), Flores que se abren de noche de Tomás Downey (Fiordo), Una muchacha muy bella de Julián López (Eterna Cadencia) y la antología Paisajes experimentales compilada por Juan Mattio (Indómita Luz). En enero y febrero de 2022 leeremos Stoner, de John Edward Williams (Fiordo), una novela clásica, hermosa. A su vez, lanzaremos el Taller de Escritura Los Cuatro Destinos, para cualquier persona, con o sin experiencia, pensando en irnos de viaje de manera simbólica, teniendo en cuenta los distintos climas y los puntos cardinales. Otro taller será analizar a fondo el libro Flores que se abren de noche de Tomás Downey.
—¿Qué balance hacen del 2021?
—El balance es absolutamente positivo. Superó nuestras expectativas: además de tener suscriptores de nuestra zona, también se sumaron lectores de Catamarca, Entre Ríos y Córdoba. Otro hecho muy positivo es que terminamos el año con un espacio propio en José María Ezeiza N° 109 1° F, esquina ruta 205, donde daremos talleres presenciales y estará la despensa de libros. Por todo esto, queremos hacer público nuestro agradecimiento a todos los que se sumaron y confiaron en este proyecto, que nació de las ganas de crear un lugar del que nosotros también queremos ser parte. Lo que sucedió el pasado sábado 11 de diciembre, en el cierre del año, fue un corolario de estos siete meses de trabajo y dedicación. Con mucho cuidado y todos los protocolos, nos reunimos más de cincuenta personas. El brindis final fue muy emotivo y nos dejó vibrando por la enorme cantidad de personas reunidas en torno al amor hacia el libro. Esto nos renueva las ganas de seguir generando actividades relativas a la lectura y la escritura.
—¿Qué metas se propusieron?
—Patio al Sur nació con la lógica de armar un club de lectura de literatura contemporánea para la zona sur, donde cada mes los suscriptores reciban un libro distinto, en una caja con una guía de lectura y algún otro material complementario, un regalo literario, algo rico para comer y la posibilidad de tener un encuentro virtual con el autores/a del mes. Nos impulsó la idea de la lectura como un hecho social, colectivo, y por eso, invitamos a lectores/as a reunirnos en un mismo patio a compartir las vivencias, para enriquecernos con las diversas miradas y experiencias. En la dinámica de los hechos, el proyecto fue creciendo y, un poco por necesidad y otro por deseo, también se convirtió en una despensa de libros. Ese nombre tiene resonancias a los almacenes de barrio, donde se establecen relaciones personales por la cercanía. De este modo, además de ofrecer el libro específico de cada mes, tratamos de acercar a nuestros suscriptores otros títulos de las editoriales con las que vamos trabajando.
—¿Qué libros ya leyeron? ¿Cuáles son las novedades de cara al verano del 2022?
—Patio al Sur se puso en marcha en junio y hemos leído Desatormentándonos de José María Marcos (editorial Muerde Muertos), Los escarabajos de Macarena Moraña (Alto Pogo) Cometierra de Dolores Reyes (Sigilo), Algunas familias normales de Mariana Sández (Compañía Naviera), Flores que se abren de noche de Tomás Downey (Fiordo), Una muchacha muy bella de Julián López (Eterna Cadencia) y la antología Paisajes experimentales compilada por Juan Mattio (Indómita Luz). En enero y febrero de 2022 leeremos Stoner, de John Edward Williams (Fiordo), una novela clásica, hermosa. A su vez, lanzaremos el Taller de Escritura Los Cuatro Destinos, para cualquier persona, con o sin experiencia, pensando en irnos de viaje de manera simbólica, teniendo en cuenta los distintos climas y los puntos cardinales. Otro taller será analizar a fondo el libro Flores que se abren de noche de Tomás Downey.
—¿Qué balance hacen del 2021?
—El balance es absolutamente positivo. Superó nuestras expectativas: además de tener suscriptores de nuestra zona, también se sumaron lectores de Catamarca, Entre Ríos y Córdoba. Otro hecho muy positivo es que terminamos el año con un espacio propio en José María Ezeiza N° 109 1° F, esquina ruta 205, donde daremos talleres presenciales y estará la despensa de libros. Por todo esto, queremos hacer público nuestro agradecimiento a todos los que se sumaron y confiaron en este proyecto, que nació de las ganas de crear un lugar del que nosotros también queremos ser parte. Lo que sucedió el pasado sábado 11 de diciembre, en el cierre del año, fue un corolario de estos siete meses de trabajo y dedicación. Con mucho cuidado y todos los protocolos, nos reunimos más de cincuenta personas. El brindis final fue muy emotivo y nos dejó vibrando por la enorme cantidad de personas reunidas en torno al amor hacia el libro. Esto nos renueva las ganas de seguir generando actividades relativas a la lectura y la escritura.
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