Casi la mitad de la población del Conurbano bonaerense es pobre y, dentro de ese universo, el 13,6% es indigente. La región, históricamente postergada, fue una de las más castigadas por los efectos de la pandemia y la cuarentena (allí se vivieron las restricciones más duras), y según los últimos datos del Indec, ocupa el tercer lugar entre las zonas más pobres del país luego de concordia y Gran Resistencia.
Según el informe del Indec, en el Gran Buenos Aires la pobreza alcanza al 47,5% de la población, unas 5,8 millones de personas. En tanto, la indigencia es del 13,6%, lo que representa a 1,6 millones de personas.
Esta performance significa un incremento del 7% de la pobreza respecto al segundo semestre de 2019, y del 2,3% de la indigencia. Y muestra con crudeza el efecto de la pandemia en la región más afectada por la enfermedad y, consecuentemente, por el cese de actividades, situación que golpeó a la mayoría de la población, pero que afectó mucho más a las personas provenientes de los sectores más postergados, con la caída de los empleos informales y las “changas”.
La región más afectada por la pobreza fue la localidad entrerriana de Concordia, donde alcanzó al 52,2% de las personas con un 12% de indigencia. En tanto, en Gran Resistencia la pobreza fue del 48,7%, con una alta tasa de indigencia: 18,2%.
En el interior bonaerense, San Nicolás (se mide en conjunto con Villa Constitución, Santa Fe) mantiene un número alto de pobres (39,8%) e indigentes (10,2%), mientras que Mar del Plata (actualmente con récord de desocupación) cuenta con un 38,9% de pobreza y 12% de indigencia. En el Gran La Plata el 37,4% de las personas son pobres y el 9,9% indigente, mientras que en Bahía Blanca los números son más leves, con 33,7% de pobreza y 4,4% de indigencia. (DIB)
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